La critique d'El Doctor Maligno (Blogger)3
3. Por vengativa:
No, no esperen aquí a Charles Bronson o Seagal solucionando lo que las leyes no pueden solucionar. El tablero de juego que propone Díaz Yanes es bien distinto: el submundo de las mafias centroamericanas, con sus propias reglas y códigos. Cuando en la partida entran cuatro amigas dispuestas a vengar los abusos cometidos contra una de ellas, todo salta por los aires y va más allá del simple ajuste de cuentas. En Solo quiero caminar se describe, en realidad, una guerra entre hombres y mujeres que, no por casualidad, se enmarca en la muy machista sociedad mexicana.
Aunque lo mejor de todo, lo que aleja la cinta de la previsible diatriba feminista-castradora, es que en ese enfrentamiento a tiro limpio, donde ellas sin duda muestran mucha más compasión que ellos, también hay espacio (poco, pero lo hay) para el entendimiento. Y es aquí donde Díaz Yanes circunscribe una historia de amor capaz de demostrar bellísimamente lo intenso que puede ser lo efímero.